jueves, 21 de marzo de 2019

Bisoño en Majadahonda

Se corrió el velo y salto la liebre. Si lo que pretende Pablo Casado es sorprender a propios y extraños con cada frase que suelta, cada decisión que toma o cada designación para cargos de cierta responsabilidad, de veras que lo consigue. Otra cosa es que eso sea del agrado de sus allegados o del resto de ciudadanos de bien, bien entendido que en este grupo de personas incluyo por extensión a sus correligionarios, pese a que la familia popular no haya sido ejemplo de bondad en las últimas décadas ni tampoco siquiera de estar bien avenidos.

Me refiero en este caso concreto a la elección de José Luis Álvarez Ustarroz como candidato a la alcaldía de Majadahonda por el Partido Popular. Imagino que, aparte de la mayúscula extrañeza de esa decisión, inexplicable para muchos e inesperada para la mayoría, ésta habrá caído como una bomba incendiaria en el seno de sus afiliados y simpatizantes de nuestro pueblo, especialmente entre los concejales y otros satélites que aspiraban a suplantar al veterano Narciso de Foxá una vez que éste hubo decidido hace tiempo no presentarse en la próxima legislatura. Así que ese tiempo de codazos y zancadillas por mejor colocarse uno mismo en detrimento de los demás que comentábamos en la entrada precedente ya no tiene sentido. Quizás se prolongue en el tiempo un poco más, pero en el caso de que así sea lo hará con mucha menor intensidad y crudeza porque el premio gordo ya ha salido, y solo quedan otros de consolación y, en última instancia, la pedrea, es decir, mantener una concejalía, recompensa ésta que, aunque menos relevante desde el punto de vista político y de prestigio social, sigue siendo suficientemente interesante si nos atenemos a la relación retribución/esfuerzo como ya vimos en su día.

Aunque si tenemos en cuenta las salidas de tono que se gasta esta formación en ocasiones de este tipo, no me extrañaría nada que los concejales actuales estén temblando. Recordemos sin ir más lejos lo que sucedió en las últimas elecciones municipales en las que en el plantel de propuestos para ocupar las concejalías no figuraba ninguno de los responsables anteriores excepto uno (una, para ser más exactos). El Sr. de Foxa –desconozco si motu proprio o por indicaciones de la anterior Presidenta de Comunidad, Esperanza Aguirre- defenestró a todo su equipo (excepto a una) como si fueran apestados y los mandó a galeras, pero tuvo la desvergüenza de mantenerse él mismo. Y digo desvergüenza porque no puede entenderse esa actitud de otra manera, ya que si se acepta que el equipo no ha funcionado bien las causas no solo hay que buscarlas en la esfera de lo individual sino achacarlas más bien al fracaso de toda la corporación y, por ende, al de su máximo responsable. Y si a éste le queda una mínima dosis de sentido de la dignidad, lo que debió hacer era reconocerlo y dimitir.

No fue así, y así nos ha ido: otros cuatro años tirados a la basura en los que nuestra ciudad ha permanecido absolutamente paralizada, acentuándose el retraso respecto a las poblaciones vecinas en todos los aspectos que no sean colocar flores en las rotondas.

José Luis Álvarez Ustarroz, es un joven abogado con escaso bagaje político. Actualmente es Director General de Juventud de la Comunidad de Madrid, cargo para el que fue nombrado en octubre de 2018, y Vicesecretario de Organización del Partido Popular de Majadahonda. Ente 2011 y 2014 fue Presidente de Nuevas Generaciones en esta localidad. También es vocal del Comité Nacional de Derechos y Garantías de su partido. En el ámbito de la gestión municipal ha sido Jefe de Gabinete de la Alcaldía de Pozuelo, bajo las órdenes de la alcaldesa Susana Pérez Quislant.


José Luis Álvarez Ustarroz

Para los ciudadanos de a pie que no sienten predilección por un partido político determinado (lo que no quiere decir que no comulguen con alguna ideología) y por ello no están condicionados en sus opiniones ni necesitan justificar lo que hacen sus respectivos dirigentes, el hecho de nombrar como candidato a un joven prácticamente desconocido en el orbe no deja de ser un bombazo. No resto méritos a este político novel, que seguro que los tiene. Pero elegir a alguien con apenas recorrido en la gestión municipal para ponerlo al frente de una localidad del peso de Majadahonda, con el riesgo que eso supone, es una muestra evidente de que las cosas no se ven muy claras en el partido azul. No obstante, si eso significa que hay deseos de que algo cambie por fin en el municipio, bienvenida sea esa decisión. Ahora bien, si lo único que se pretende es cambiar la cara desgastada del Sr. de Foxá por otra más tersa y todavía desconocida pero seguir manteniendo la inercia de inactividad, ausencia de ideas, mortal aburrimiento y parálisis atrofiante de que adolece nuestro gobierno local y que le ha llevado a incumplir reiteradamente su programa electoral en las últimas legislaturas, ya se puede ir a paseo.

Yo, que soy bastante escéptico en eso de la política y quienes se dedican a ella, creo que tal como está el cotarro, las cosas seguirán igual si no peor. Porque, siendo este un feudo poblado mayoritariamente por gente con recursos y con ideas más bien conservadoras, si nadie lo remedia tendremos alcalde “popular” (aunque curiosamente no lo conozca nadie), y mucho me temo que o Pablo Casado nos sorprende otra vez sacándose de la manga un programa riguroso con la orden de cumplirlo, o seguiremos en el marasmo que soportamos desde hace tiempo. Y es que, como postuló aquel ingeniero aeroespacial de apellido irlandés, si algo puede ir a peor…., irá.

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