miércoles, 3 de abril de 2019

Una encuesta inncesaria

Hacer una encuesta sobre cualquier cosa conociendo previamente el resultado es, desde mi punto de vista, una absoluta tontería ya que no arroja ningún dato adicional sobre lo que ya se sabe, y solo sirve para constatar lo que en definitiva es más que evidente.

El periódico local Soy de, en su edición de Majadahonda ha sometido a consulta la valoración que los vecinos tienen de nuestro alcalde, cuyo resultado arroja –como no podía ser de otra manera- la calificación de suspenso. En el número correspondiente al mes de marzo muestra las conclusiones de una encuesta formulada en el número anterior que dirige su atención al cumplimiento del programa electoral en cinco áreas concretas (empleo, urbanismo, seguridad, consumo y deporte), analizando dos aspectos concretos en cada una de ellas. Pues bien, de los cinco apartados solo aprueba el último y no por gran diferencia, obteniendo al final una puntuación global de 33% de votos a favor y 67% en contra, datos que dan una idea, en mi opinión bastante benévola, del sentir de los ciudadanos al respecto.


Viñeta de la encuesta sobre la gestión del alcalde de Majadahonda (Soy de M)

Narciso de Foxá llegó de carambola a la alcaldía en 2005 tras catorce años como edil municipal en varias concejalías. Fue reelegido en 2007, 2011 (ambas con mayoría absoluta del Partido Popular) y 2015 (con el apoyo de Ciudadanos), y aunque ha ido perdiendo votantes con el paso del tiempo, siempre ha contado con el respaldo de una buena parte de la población. No obstante y pese a ello, en el balance general de su mandato hay menos éxitos que fracasos, y más decepciones que complacencia.

No hay que minusvalorar sus habilidades en lo que se refiere al ahorro y a la contención del gasto, aspecto éste que ha llegado a practicar de forma exacerbada hasta tal punto que en esta ciudad no se han hecho las inversiones necesarias para satisfacer la demandas de sus vecinos ni para mantener el prestigio que tanto esfuerzo costó ganar, de ahí que de lo que fue hace unos años un referente de ciudad modelo, envidiada e  imitada por muchos municipios, hoy solo haya quedado el nombre y las flores de las rotondas.

Ciudades como ésta no necesitan un Tío Gilito que acumule anualmente excesos de tesorería sino gestores valientes y emprendedores que recuperen el tiempo perdido con un planteamiento ambicioso de proyectos e inversiones, y sean capaces de cumplir los presupuestos agotando hasta el último céntimo disponible. Por lo visto, no parece que Narciso de Foxá piense lo mismo sino todo lo contrario, pero sí ha dado claras muestras de saber contagiar a sus colaboradores inoculando el miedo a la acción y conduciendo a todo el Ayuntamiento a un estado la parálisis colectiva verdaderamente alarmante.

Bien es verdad que la herencia recibida por los desmanes delictivos de sus antecesores en el cargo y de otros pesos políticos de relevancia de la Comunidad (todos ellos miembros de su partido: Romero de Tejada, Ortega, Aguirre, Granados, González, Cifuentes…) que también fueron sus mentores y le apoyaron en sus aspiraciones, ha sido una carga importante que ha podido lastrar sus iniciativas. Y no digamos nada de la trama Gürtel, que estableció en este municipio uno de sus cuarteles generales. Pero eso no debe ser excusa para elegir la abulia frente a la acción, ni el miedo frente a la determinación. Al menos, en lo que atañe a las exigencias del puesto que ocupa y para el que fue elegido en tres ocasiones.

Sin embargo, si para algunas cosas nuestro alcalde es bastante temeroso y comedido, para otras es un auténtico manirroto y descuidado. Me refiero a que no le ha temblado el pulso a la hora de conceder privilegios a diestro y siniestro, ni a la de hacer la vista gorda a la cantidad de irregularidades urbanísticas existentes en nuestro término municipal (muchas de ellas se muestran insultantes a la mirada de todos) hasta el punto de que Majadahonda se le ha llegado a considerar por algunos como el paraíso de la impunidad.

El tiempo se encargará de hacer un balance de su gestión con la objetividad que da la distancia y el conocimiento de cosas que ahora están veladas. De momento, en la encuesta va perdiendo por goleada. Veremos si no le llega la descalificación.

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