miércoles, 16 de junio de 2021

Regreso a Majadahonda

Ha pasado más de un año desde que en este blog se colgó su última entrada.  Exactamente quince meses y medio con todos sus días, algo que, se mire como se mire, es mucho tiempo para haber permanecido en silencio si no hubiera existido una razón justificada. Al menos, eso intuyo yo que deben pensar quienes han tenido la generosidad y el atrevimiento de seguir esta bitácora de forma habitual, pues es lógico y razonable llegar a creer que desaparecer de repente y sin despedirse es una falta de consideración. En eso estoy totalmente de acuerdo, de ahí que estime oportuno dar una explicación al respecto.


Hay ocasiones en las que uno no es dueño de su destino y mucho menos en lo que se refiere al ámbito laboral. Y mucho menos, ahora en una etapa de nuestra vida en que tener un puesto de trabajo seguro es una bendición y que nuestra edad no nos permite demasiadas alegrías. Lo que en principio iba a ser un desplazamiento temporal fuera de España, se convirtió en una situación incómoda que, por unas razones o por otras y para mi desesperación, se prorrogaba indefinidamente.

 

Es cierto que podría haber escrito una especie de despedida provisional o una nota aclaratoria, pero no lo hice porque pensaba la vuelta sería tan pronto que no merecía la pena ni comentarlo. Y tampoco lo hice después, cuando la cosa se prolongaba, porque semana tras semana me aseguraban que el regreso estaba cercano. Algo que todavía no sé –ni quiero saberlo- es si todo ese montaje se desarrolló de forma inesperada para mis superiores o estaba totalmente planificado.

 

También podría haber optado por continuar con el blog en la distancia. Sin embargo, pensé que no había sido muy honesto hablar de asuntos de los que tienes noticias a través de otros medios, sin vivirlos de cerca y, sobre todo, sin poder desimpregnados de ese tinte subjetivo de nostalgia que da estar tan lejos.

 

Afortunadamente, ya estoy de vuelta y con ánimos de restablecer esa vía de comunicación que se interrumpió indeseablemente, y con una ilusión pareja a la que ha representado para mí  regresar a casa. Y con muchas ganas de que el hecho de reiniciar estas páginas signifique para todos un feliz reencuentro.