Los
deportistas aficionados, esos angelicales seres que no se meten con nadie y que
emplean muchas horas de su tiempo libre (o que deberían dedicar a otros
menesteres) a practicar actividades sanas y normalmente no beligerantes, andan
últimamente un tanto revueltos en nuestro pueblo. Yo pensaba que la práctica
deportiva apaciguaba los ánimos y las tensiones ajenas a ese ejercicio, por
concentrar en éste toda la agresividad, el amor propio, el sentimiento de odio,
de revancha, las frustraciones y…, en fin interminable lista de complejos que
solemos portar los seres humanos normales. Y que bastaba con machacarse el
cuerpo de mala manera durante un tiempo seguido y a todo meter, de las miles de
maneras posibles que la vida actual nos ofrece, para calmar todas las exigencias
y reivindicaciones que cualquier habitante de una sociedad avanzada y
democrática como la nuestra puede llegar a entender como derechos.
Pero, por
lo visto no es así. Los 24 clubes deportistas locales de Majadahonda se han
servido del grupo municipal socialista
para poner en evidencia que desde hace tres años no reciben las subvenciones
asignadas en los presupuestos de los tres últimos ejercicios, a pesar de que en
cada uno de ellos se incluye una partida de 60.000 euros para este fin. Yo creo que esta reivindicación está fuera de
lugar y voy a tratar de explicarlo.
En primer
lugar hay que partir de la premisa de que hacer deporte es una opción electiva
y suele responder a un prurito que tiene que ver más con el deseo de
satisfacción personal, de conseguir una buena figura o de pasar un buen rato
que con otra cosa que redunde en beneficio colectivo. Y pretender que el
Ayuntamiento subvencione a los ciudadanos que lo practican y que se lo pasan
bien con ese ejercicio es como intentar que el Consistorio nos pague las
entradas para ir al cine o al zoológico. ¡Hasta ahí podríamos llegar!
En
segundo, no hay que perder de vista que para nuestro Equipo de Gobierno –estoy
hablando tanto del actual como de legislaturas anteriores- el deporte es una
cuestión secundaria dentro de las prioridades municipales, y que por supuesto
es más importante gastarse 180.000 € (es decir, lo que suman las subvenciones
que se les deben a los clubes) en una buena iluminación navideña como la que se
instaló en diciembre y de la cual han disfrutado todos los majariegos, que tirar
el dinero para que unos cuantos chalados puedan comprarse equipaciones o pagarse
los viajes para participar en sus competiciones, ya sean regionales o
nacionales, por el simple hecho de dar cuatro patadas a un balón, o palmetazos
a una pelota para pasarla al otro campo o meterla en una cestita. ¡Faltaría
más!
Y en
tercer lugar, me parece propio de la más absoluta impertinencia que el dinero
con que contribuimos todos los ciudadanos vaya a parar a favorecer a unos pocos
frenéticos. Bastante hacemos con no pedirles un impuesto especial por usar la
calle para sus correrías y soportar sin rechistar la peste a sudor que echan
cuando pasan a nuestro lado, o los sustos que nos dan cuando irrumpen
sigilosamente por detrás dando zancadas como energúmenos.
Dice el
PSOE en su ataque desestabilizador, inoportuno y desacertado, que la comparativa con otros
municipios vecinos resulta alarmante, pese a que en Majadahonda más de 35.000 vecinos practican deporte habitualmente.
Y aporta estos datos: Pozuelo de Alarcón destina una cantidad de 237.470 euros
para 19 clubes municipales; Las Rozas destina 131.000 euros para un total de 18
clubes municipales; y Torrelodones reparte una cantidad de 72.000 euros para 9
clubes. Eso para mí son ganas de enredar y de crear tensión en nuestra apacible
paz ciudadana. Cada pueblo hace con sus impuestos lo que considera adecuado. Y
si nuestros alcaldes consideran prioritario gastarse buenas sumas de dinero en
poblar rotondas, parterres y macetas con flores de temporada cada trimestre en
lugar de dar unas limosnillas a los pirados que salen a correr, a pegarse con
otros o a montar en bici haciendo rodadas por el campo o entorpeciendo el
tráfico, hemos de pensar que por algo será.
Además,
los socialistas han añadido que clubes como la ‘Asociación Deportiva Benito
Pérez Galdós’, ‘El Tejar’ o el ‘Club K2’ reciben poco más de 500 euros; que el
Club de Atletismo difícilmente es capaz de mantener a sus deportistas más
laureados por falta de ayudas municipales; y que el ‘Puerta de Madrid’, a pesar de tener
400 deportistas inscritos, no recibe ninguna subvención por parte del
Ayuntamiento. Y yo digo: allá ellos, el que algo quiere alago le cuesta. Cuando
uno se decide a meterse en un club ya sabe que las cosas no son fáciles y que
tiene que contribuir con cuotas; no pensará que los demás vamos a sufragar sus
vicios.
El PSOE
majariego sigue con su matraca poniendo como ejemplo al ‘Club de Rugby de
Majadahonda’, cuyo equipo femenino ha sido tres veces consecutivas Campeonas de
la Copa de la Reina y sin embargo solo han percibido 3.300 euros desde el año
2012. Pero bueno ¿qué más quieren? ¿Les parece poco que el Ayuntamiento haya invertido
más de 300.000 € en cambiar la hierba y el drenaje del campo donde juegan para que
las nenas no se manchen de barro?
El Alcalde y los concejales de Deportes y Urbanismo en su visita a un entrenamiento en el campo de Rugby remozado |
Creo sinceramente
que los deportistas de este pueblo están perdiendo el norte con tanta exigencia.La guinda a este pastel
de descontento ha sido un hecho inaudito que ha tenido lugar hace poco y ha
ocupado espacios en la prensa digital e impresa, en los foros vecinales y en
la televisión regional: la denuncia
de los usuarios del Polideportivo Huerta Vieja por no tener calefacción ni
poderse duchar con agua caliente. Por lo visto han sido solo unas 200 personas
las que ha protestado por esta situación, cifra realmente insignificante que
apenas alcanza el 0,3% de la población, por lo que no merecería la pena ni
mencionarlo. Pero, en cualquier caso, es que no llevan razón. Vamos a ver, ¿no
saben que una buena ducha con agua bien fría es el mejor tonificante después
del ejercicio? ¿No hacen eso los nórdicos, y mira qué sanos están y qué buenos
cuerpos tienen? Y en lo que respecta a la calefacción ¿dónde se ha visto que se
necesite cuando se hace deporte? Y, además, ¿para qué quieren tener calefacción con el
tiempo primaveral que hemos disfrutado en esas fechas?
Yo, la verdad, estoy por
dirigirme al Concejal de Deportes, Eduardo González-Camino, para alentarle en su postura, manifestarle mi
apoyo y ponerme a su disposición para echarle una mano en su postura de desatender
tantas protestas y en lidiar con gente desagradecida que te pide dinero por
hacer lo que más le gusta. Y de decirle que yo en su lugar, lo mismo les
cerraba las instalaciones. Así ya no habría más problemas.
Y en cuanto a cómo tratar
a esos díscolos clubes que reclaman las subvenciones, le sugeriría que les avisara
de que se anden con cuidado. Porque si llega el caso, se prohíbe el deporte y
ya está. Ya se quitó el alquiler de bicicletas, la eliminación de las pistas de
skate y de baloncesto en el Parque de
Colón, o la pista polideportiva en Delta… y aquí no pasa nada.
Y si el señor Concejal
me preguntara “Y en ese caso ¿qué pasaría
con la Concejalía? ¿Contempla la posibilidad de que desaparezca y que yo me quedase
sin puesto?”. “No hombre, no” –le
respondería con una sonrisa pícara. “Ya
lo he pensado. Se quitaría una de las de que sobra en el rótulo de la concejalía
y podría dedicarse a hacer mudanzas”