¡Vaya¡ Así las cosas, parece que nuestros dirigentes tampoco fueron muy diligentes en el estudio de otra materia básica como es la Geografía. Que no debieron ser buenos estudiantes o que tienen una pésima memoria resulta evidente, como asimismo que no asistieron a ninguna práctica en técnicas de orientación. Tal vez sea debido a que son demasiado jóvenes porque si hubieran nacido tiempo antes, seguro que conocerían cómo distinguir el Norte del Sur, y el Este del Oeste por métodos sencillos y casi infantiles tal como enseñaban en los campamentos de los Boy Scouts. Y también a diferenciar las tierras bajas de las elevaciones.
Digo esto a propósito de lo que leo acerca de una nueva biblioteca en nuestro pueblo. Los rumores que circulaban hace unas semanas sobre la intención del Ayuntamiento de comprar el edificio que la Tesorería de la Seguridad Social tiene en la carretera de Pozuelo, para convertirlo en la segunda biblioteca de Majadahonda, tienen visa de que han dejado la calificación de especulaciones para convertirse en noticia de grandes titulares. Y, por lo que se ve, esta operación ha pasado a ser la bandera del Equipo de Gobierno para esta legislatura. De momento la información divulgada es comedida y sólo hace mención de los deseos del Alcalde y del acuerdo a que ha llegado con el portavoz del grupo municipal socialista para que intermedie en esta gestión.
Tweet de la concejala Marina Pont del 24 de marzo de 2022 |
La primicia fue publicada el pasado 24 de marzo por la concejala Marina Pont en su cuenta de Twitter que, por lo visto, es el nuevo medio que usan nuestros regidores para dar las noticias, a falta de otro mucho más clásico como es el boletín municipal de siempre, dado que por aquel entonces seguía secuestrado. Ahora que esta publicación se ha vuelto a editar podemos encontrar en ella algunas referencias a este tema. Pero cuando esta noticia se encontraba en su primera fase de bulo no había forma de encontrar ninguna reseña acerca de ese tema en la sección de Comunicación del portal web municipal, ni en el apartado de Última Hora ni tampoco en el de Noticias, que serían en principio las secciones donde se supone que debería incluirse este tipo de información. Desde mi punto de vista tiene mucho más interés para los ciudadanos esta buena nueva que las que se recogían por aquel entonces en esa última sección. Por poner un ejemplo, que Majadahonda pueda irse de pinchos, desde el 25 de marzo hasta el 3 de abril, porque –cito textualmente- una docena de establecimientos llenarán sus barras de aperitivos al precio de 2 euros, con el objetivo de dinamizar el sector hostelero.
Es por eso
que en un principio, al no encontrar información alguna sobre esa noticia, no llegué
a tomarla muy en serio. Pero la insistencia que el Partido Popular y Vox están
poniendo en ese empeño (con la inestimable ayuda del PSOE), nos lleva a pensar que lo que empezó como un cuchicheo
empieza a tomar fuerza, y probablemente se confirme en breve que nuestra
corporación vaya a cumplir su propósito. Ante lo cual no puedo resistir la tentación de apuntar
algunas pinceladas al respecto.
La primera
reacción que cualquiera puede tener es positiva, principalmente porque supone
que por fin el Equipo de Gobierno da respuesta a una petición histórica, con
tendencia a alcanzar el grado de clamor popular. En efecto, desde hace mucho
tiempo los vecinos demandan al Ayuntamiento
que construya otro centro de lectura y préstamo de fondos de
publicaciones impresas y audiovisuales, con el fin de dar servicio a zonas
alejadas del casco que llevan años desatendidas. Son varios los barrios
periféricos cuyos residentes están obligados a desplazarse más kilómetros de lo
debido si quieren hacer uso de las salas de lectura o pedir un libro prestado.
En ese sentido, que nuestro pueblo pueda contar con otra biblioteca es una
noticia que tiene que ser necesariamente bienvenida que no solo supone un
evidente beneficio para los vecinos, sino que viene a reducir la distancia que
nos separa de los pueblos de nuestro entorno en lo que se refiere a dotaciones
de este tipo.
Otro punto a
favor de esta idea, si culminara en buen puerto, es que dar nuevo uso a un
edificio que por las razones que ignoro ha dejado de prestar el servicio para
el cual fue creado, siempre es una alternativa interesante y plausible,
contrapuesta totalmente a la posibilidad de que quede vacío y abandonado dejando que se
vaya deteriorando, y acabe en ruina formando parte de la lista de
edificios-fantasma que tenemos en nuestro municipio.
Edificio de la Tesorería del INSS en el Cerro del Espino |
Hasta aquí, lo que se refiere a los pros. Ahora veremos las contras.
Empecemos
pos su situación geográfica. A mi modesto entender, la ubicación de ese
inmueble no es la más adecuada. Si pensamos en el uso que se quiere dar, su emplazamiento
en una zona de bastante tráfico, junto a una rotonda en una encrucijada de vías con alta densidad de tráfico como son
la carretera de Pozuelo y la Avenida de Moreras (salida natural del Polígono El
Carralero y la zona comercial del Centro Oeste hacia la estación de Cercanías y
la nacional N-VI), desde luego que no lo convierte en un punto tranquilo. Pero,
además, se encuentra justo enfrente del centro deportivo Cerro del Espino donde
se celebran entrenamientos casi diarios de clubes de fútbol, y a veces partidos
de competiciones con los consiguientes griteríos y algarabías asociadas a estos
eventos (goles, casi goles, protestas, insultos al árbitro y broncas de ese
tipo).
La localización
de la futura biblioteca en este lugar tampoco cubre las expectativas de los
vecinos, ya que queda alejada de los principales agrupamientos de población de
la zona suroeste de nuestro término municipal que pretende servir, lo cual
representa que para gran parte de sus habitantes llegar a ella suponga un largo
desplazamiento.
Tampoco
parece que ese inmueble disponga de plazas de aparcamiento en su parcela aparte
de las que se pueden observar desde la valla, carencia que solo podría
compensarse con los huecos que se encuentren libres el aparcamiento que hay delante de la ciudad deportiva antes
citada. Ese es el motivo de que encontrar plazas desocupadas pueda convertirse
en una pugna mucho más competitiva que los encuentros de balompié que allí se
celebran.
Pero quizás
el punto más preocupante de este proyecto municipal, de acuerdo con las
consultas que he hecho a mis amigos entendidos en obras, sea que un edificio
diseñado para un uso determinado (oficinas administrativas y de atención al
público) no es tan fácil reconvertirlo para otro uso bien diferente. Y que, si
eso se llegara a conseguir, sería a base
de un gastar un elevado presupuesto que habría que añadir al precio de compra.
Aparte de que, según ellos opinan casi unánimemente, hay cosas como el concepto
espacial, la iluminación natural, la orientación, el aislamiento, la
climatización, etc. que no se pueden cambiar así como así.
Están por
ver las condiciones bajo las cuales se hace esa permuta, compra o lo que sea
que tengan pensado nuestros próceres municipales. En principio cabe suponer que
las circunstancias actuales sean propicias para que la negociación con el
actual propietario tenga resultados favorables para nuestra ciudad. Pero eso es
mucho esperar, porque la historia dice lo contrario: en casos de corte similar las arcas municipales
siempre han salido dañadas, lo que viene a decir que quienes participan en esas
timbas no tienen mucho que perder porque están jugando con pólvora ajena,
entendiendo por esto el dinero rascado
de los bolsillos de los contribuyentes.
Hay otra
cuestión que me gustaría destacar y que tal vez para muchos pase desapercibida.
Y es que, como sucede a menudo, cualquier decisión que tomemos en nuestra vida
tiene algo de ganancia y mucho de pérdida o viceversa. Es lo que, al margen de
su balance económico, pasaría con esta operación puesto que si por un lado ganamos
un centro cultural, por otro perdemos un centro de atención al público donde
muchos majariegos resolvían gestiones que ahora tendrán que solucionar como
antes, volviendo a la situación anterior y teniendo que desplazarse a Pozuelo
para solventarlas. Bajo ese aspecto hay que lamentar esa pérdida y lo que de
ella se traduce: que para la Administración central nuestro pueblo pierde cada
vez más importancia ante la pasividad de sus dirigentes.
Recorte de la página 4 del boletín municipal de Majadahonda nº 65 |
Termino como empecé. Estoy obligado a ello para deshacer la intriga creada en los primeros párrafos y terminar con la incógnita que mantiene al lector en suspense desde el título de esta entrada y sus primeras líneas: el asunto de la Geografía. Es muy sencillo. Los titulares de la noticia hablan de una nueva biblioteca en el Valle de la Oliva cuando en realidad el edificio que se piensa habilitar se encuentra en el Cerro del Espino. En los mapas de nuestro municipio, las zonas que abarcan esas toponimias están claramente diferenciadas y tienen que ver con el relieve topográfico de cada una. Porque si acudimos al diccionario, por valle se entiende una llanura entre montes o alturas, y por cerro una elevación de tierra aislada. Y entre ambos accidentes geográficos hay tanta diferencia que no pueden caber errores semánticos. De ahí que quepan dos posibilidades: que nuestros dirigentes locales no están mucho duchos en esta materia –como tampoco lo estaban en Gramática- o que quieran darnos gato por liebre. O mejor dicho, darnos loma por collado.
En fin,
veremos cómo termina esta apuesta: si es que sigue adelante aunque sea a trompicones y por fin tenemos una nueva biblioteca, o pasa a ser uno más de esos sueños fantásticos que alienta nuestro Alcalde para
crear ilusión.