viernes, 21 de junio de 2019

Adioses edílicos

El último pleno extraordinario de la legislatura precedente consistió fundamentalmente, como viene siendo costumbre en esas ocasiones, en intervenciones a modo de despedida de los concejales que ya no van a seguir ocupando ese puesto en este Ayuntamiento. Y vino a ser, como también lo ha sido en otras ocasiones, un compendio de saludos y agradecimientos mutuos entre los compañeros del juego político (ya sean del mismo equipo o de los rivales más recalcitrantes), y homogéneas letanías de amables loas y agradecimientos, haciendo gala en esa oportunidad postrera de dotes de educación y buenas maneras que normalmente no han prevalecido en sus enfrentamientos. La grabación íntegra de este evento está disponible en la página web municipal y en el canal YouTube.

En el turno de intervenciones algunos prefirieron hablar de forma natural y espontánea mientras otros siguieron un patrón más cuidadosamente elaborado, de la misma manera que unos mostraron emociones y sentimientos que entrecortaban sus palabras mientras otros solo daban suelta a su mecánica y anodina verborrea. Ahí, creo yo, es donde mejor se ven las tablas de cada cual. Casi todos hablaron de lo bien que lo habían hecho a pesar de las dificultades y de que se sentían plenamente satisfechos de lo que habían trabajado y, a la vez, aprendido. Algunos (de la oposición) expresaron su frustración por no haber sabido alcanzar sus expectativas o no haber todo de sí.  Pero fueron pocos, muy pocos, los que dieron significancia a los vecinos y a sus aspiraciones, que en definitiva son el objeto y razón de que ellos hayan estado ahí durante cuatro años.

No todos los que decían adiós hablaron puesto que a nadie se obligaba. Sin embargo, eché en falta el discurso del primer Teniente de Alcalde, Ricardo Riquelme, que también se va aunque no muy lejos, ya que está incluido como número 10 en la lista de su partido en La Rozas donde ocupará plaza de concejal. No sé si la decisión de no hacer uso de la palabra constituye una amenaza porque tenga idea de volver (esas cosas nunca se saben), o se debe simplemente a que ha estimado mejor callar que tratar de justificar una gestión gris en la Concejalía de Urbanismo, área de la que ha estado al frente desde el principio a fin de este mandato. Quizás tras el rostro hierático y aburrido que las cámaras mostraban cuando de soslayo aparecía mientras hablaban sus compañeros vecinos, se escondía la frustración por haber perdido una magnífica oportunidad de demostrar sus cualidades y con ello condenarse a seguir su itinerancia de sillón en sillón en puestos secundarios, desperdiciando quizás la mejor ocasión que pueda presentársele en su vida profesional (admitiendo a la política como una profesión más) para ascender a un lugar relevante como habría sido la alcaldía de esta ciudad, cargo que muchos pensaban se le había entregado en bandeja por entender que venía como sucesor natural de Narciso de Foxá.

Fue éste, precisamente, el último en intervenir como correspondía a su cargo y a su condición de más veterano en la gestión municipal de este pueblo junto con Mercedes Pedreira, portavoz hasta ahora del grupo Centristas por Majadahonda que –al igual que Somos e Izquierda Unida- no estarán representados en la próxima legislatura. Con su peculiar forma de expresarse (la oratoria no es, que se diga, una de sus mejores virtudes) mezcló churras con merinas y pasó de un tema a otro sin un hilo conductor definido. Empezó hablando del tiempo que lleva en el Ayuntamiento (28 años) de los cuales la mitad ha sido como máximo mandatario local. Y de la dificultad que conlleva ese cargo y las decisiones que tiene que adoptar, que conducen a su distanciamiento social y a un especial sentimiento de soledad. De la responsabilidad que supone dictar un sí o un no que influirá en la vida de las 75.000 personas que viven en esta municipio. De la dificultad de gobernar sin la mayoría absoluta, de la cual es partidario incondicional. De que de pequeñito le enseñaron a no mostrar sus sentimientos y a no molestar. De que ha tenido que hacer las maletas en muchas ocasiones (digo yo que no se referirá a este último trabajo en el que lleva casi la mitad de su vida ¿no?) y que esta será una más; pero que no se va del todo pues sigue siendo Presidente del PP en Majadahonda y seguirá metido en el ajo sin saber todavía cómo. Que se siente satisfecho por todo lo que ha hecho por este pueblo, pero sobre todo por haber mantenido el modelo de ciudad que quiere la mayoría de sus habitantes, para lo que ha tenido que enfrentarse a muchas presiones y tomar decisiones muy complicadas y a veces impopulares. Y para terminar, un recuerdo a Mercedes Pedreira eterna partenaire de rifirrafes y un alegato a la independencia que debe regir en la batalla política respecto del trato personal.

Y ahí se acabó el vídeo sin dar siquiera tiempo a verlos a todos juntos posando para la foto  con toda la Corporación reunida, que quedará para la Historia como una de las más inoperantes que ha tenido que soportar nuestro municipio en toda la democracia.



Foto de familia de la Corporación saliente de Majadahonda tras el pleno de 12 de junio de 2019 



No hay comentarios:

Publicar un comentario