jueves, 30 de enero de 2020

Pasar página

Parece que la Concejalía de Festejos ha caído en la cuenta de que ya va siendo hora de eliminar los vestigios que quedaban de las fiestas navideñas y pasar página de una vez. Lo digo porque, por fin, ya se han quitado los postes y cables que servían de sustento a la iluminación ornamental de la Gran Vía y, salvo alguna excepción, ya nada queda en las calles que recuerde a la pasada Navidad. Cuando digo alguna excepción me refiero concretamente a la parte de los soportales de la Plaza Mayor que ocupaba el Belén municipal de gran altura y que, aunque éste ya ha sido desmontado y dentro de ese recinto no queda nada, sigue cerrado con sus cristaleras de las que llevan varios días colgando unos papelotes a medio caerse que da una sensación de abandono y dejadez impresentable a las puertas de nuestro Ayuntamiento, pareciendo que los estragos del reciente terremoto del este de Turquía han llegado hasta aquí.


Cierre del Belén municipal en la Plaza Mayor

Yo también he de reconocer que ya es hora de dejar de dar la matraca con este tema que me ha ocupado las últimas entradas, y pienso que ya está bien de tantear la paciencia de los lectores con el mismo rollo que, además de aburrir, puede hacerles creer que tengo una fijación enfermiza con las secuelas navideñas. Dado que mi intención era solo poner de relieve la lentitud con que en este pueblo se hacen las cosas más sencillas -de las complicadas, mejor no hablar de momento-, y que creo que esta cuestión ha quedado suficientemente documentada, doy el tema por cerrado.

Por suerte o desgracia Majadahonda siempre da motivos para hablar de sus cosas, y no hay que temer quedarse sin inspiración en algún momento porque siempre hay material interesante. No hace falta ir a la búsqueda de argumentos ni hacer pesquisas innecesarias: las noticias llegan solas sin otro trabajo que hojear la prensa local, leer el boletín municipal -que, la verdad sea dicha, cada vez exige más fuerza de voluntad- o simplemente darse una vuelta por el pueblo. Esto último no es tan fácil para las personas que trabajamos y que tenemos que dejar los paseos para los días de descanso o cuando aprovechamos algún hueco entre las horas de dejada y recogida de nuestros hijos en sus actividades extraescolares. Pero en esta época esas tareas coinciden con la tarde-noche, en horas de escasa luz, con lo que se pierden muchos detalles por mucho que uno ponga la mayor atención. Además, con las prisas que se hacen estos traslados y las interrupciones continuas de las llamadas al móvil de tu esposa o de los hijos mayores apenas te queda tiempo ni ganas de pasear, de modo que prefiero usar la otra opción y quedarme los escasos minutos que tengo libres de tensión en las zona de espera de los centros donde doman temporalmente a mis vástagos, echando un vistazo a los periódicos que hay a mano para ponerme al día.

Y así, pasando páginas, encuentro que en el número 57 de Majariegos informados, publicación mensual que ya hemos comentado en más de una ocasión, se incluyen tres informaciones de interés. La página 2 se ocupa casi por completo de los temas debatidos en el último pleno del año pasado, en especial en la aprobación Pleno del Plan Estratégico de Subvenciones del Área de Educación que da título al artículo, que salió adelante gracias a los votos a favor de los partidos que gobiernan el municipio. Según defendió la concejala del área, María José Montón, el plan incluye tres vías de apoyo: una dirigida a las familias, otra a la dinamización artística, y la tercera a servicios complementarios. Sin embargo, la oposición criticó que se hubieran suprimido las becas de comedor, a lo que la misma concejala respondió que “eso no significa que a los alumnos con necesidades especiales no se les garantice la cobertura del coste de comedor”. ¿En qué quedamos? ¿Se quitan o no? Si alguien lo entiende que, por favor, me lo explique.

El grupo socialista puso de manifiesto que siguen existiendo muchas deficiencias en los colegios públicos y escuelas infantiles y denunció que se siguen realizando recortes sistemáticos en la educación pública, comparando el presupuesto anual  destinado al mantenimiento de los colegios (78.000 €) en comparación con el gasto que ha supuesto la iluminación (170.000 €). Si esas cifras son ciertas, es realmente preocupante que en nuestro pueblo, aparte de lo irrisorio en sí de la partida asignada a conservar los edificios –la mayoría con más de un cuarto de siglo cumplido y con bastantes deficiencias- donde nuestros hijos pasan un tercio de su jornada, se destine más del doble en fruslerías tan efímeras e innecesarias como puede ser la iluminación de Navidad, por muy bonitas y espectaculares que hayan sido sus luces.

El otro punto fuerte del Pleno se centró en las Ordenanzas Fiscales de Impuestos para 2020 defendidas por el concejal de Hacienda, Ángel Alonso, quien de un plumazo desestimó todas las alegaciones presentadas por otros grupos políticos y por la Asociación de Vecinos de Majadahonda. Como era de esperar, las modificaciones propuestas por PP y Vox para estas ordenanzas se aprobaron definitivamente con sus propios votos, lo que entre otras cosas significará unos descuentos importantes para los integrantes de las familias numerosas que quieran participar en las actividades municipales, y una significativa bonificación para las estas familias en los impuestos locales.



Fotograma de la película española 'La familia y uno más' (Fernando Palacios, 1965)

Finalmente, se aprobó por unanimidad la moción presentada por el grupo socialista para que las viviendas de PAMMASA que se encuentren vacías en la actualidad, se adjudiquen urgentemente a casos de emergencia social.

Al lado de esta noticia, y en la misma página, se ha reservado el espacio de una estrecha columna para incluir una carta del Alcalde José Luis Álvarez Ustarroz en la que desea un feliz año a todos los lectores, y de paso aprovecha para hablar de lo de siempre: las energías renovadas, los retos a los que nos enfrentamos, los compromisos adquiridos, y el “ambicioso plan de reformas, obras, proyectos e inversiones en los que estamos trabajando desde el primer día y que en este año confío en que podremos visibilizarlo”. Yo le sugeriría a nuestro regidor que si no quiere que los vecinos acaben por convencerse que lo que dice es más de lo mismo con lo que ya nos han engañado en las anteriores legislaturas, debería ser más concreto y, en vez de cacarear la misma cantinela que ya conocemos, hacer público a través de estos medios los objetivos que cubre su programa electoral y las fechas previstas para que cada una de esas obras, proyectos e inversiones se plasmen en realidad. Concretando se entiende la gente y es la única forma de saber si se cumplen las promesas y sus planificaciones. Todo lo demás suelen ser palabras que se lleva el viento y que, como mucho, acaban en agua de borrajas.


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