jueves, 13 de febrero de 2020

Aclaraciones sobre un asesinato en Majadahonda

Un amable lector me avisó por correo electrónico de que había encontrado una información relacionada con lo que trataba la última entrada, la cual en cierta manera exculpaba al Ayuntamiento de cualquier responsabilidad en la tala de los árboles. Me adjuntaba un enlace por si quería indagar más mejor acerca de los verdaderos verdugos. Y así lo he hecho con toda presteza, pues no hay nada que me moleste tanto que ser portavoz de noticias falsas o formular acusaciones que no tengan el debido fundamento.

Estado del arbolado antes de ser abatido (AV Majadahonda)

El hipervínculo  enlaza directamente con la página web del periódico digital Majadahonda Magazin, concretamente en el artículo firmado por Julia Bachiller con el encabezamiento siguiente: “Iberdrola tala 6 árboles en Majadahonda alegando que podían hacer contacto con cables de alta tensión”. La redactora atribuye la decisión de la compañía eléctrica para eliminarlos, al riesgo que podía ocasionar el contacto de las ramas con los cables aéreos de alta tensión que discurren sobre ellos, y a que esas actuaciones estaban programadas dentro de una campaña de revisión y mejora de las instalaciones eléctricas de la sociedad, que el año pasado se llevó a cabo a lo largo de 3.400 kilómetros. La noticia viene a decir que el Ayuntamiento no entra en el asunto porque es Iberdrola quien tiene autoridad para ejercer ese tipo de intervenciones, en virtud de la servidumbre de paso aéreo de la energía eléctrica que los municipios han de conceder a estas instalaciones. Junto al texto se insertan nada menos que 19 fotografías: 6 de ellas, de los tocones que quedaron tras el crimen; y el resto de vistas generales después de ser perpetrado éste, combinadas con otras de su estado anterior, obtenidas éstas últimas de Google Earth o de algún otro navegador de tráfico o callejero virtual.

Bueno, pues si es así, aclarado queda el asunto y solo me queda agradecer enormemente al lector y a la periodista por su inestimable ayuda en corregir mis hipótesis. Lo que no menta la informadora –y tal vez desconozca el lector- son algunos pequeños detalles sobre los que conviene detenerse y que paso a exponer seguidamente.

En primer lugar, que los árboles que han sido eliminados no representaban peligro alguno para el tendido eléctrico, ya que su copa quedaba bastante por debajo de la catenaria como puede comprobarse en la fotografía de archivo insertada que he obtenido del blog de la Asociación de Vecinos de Majadahonda, en una entrada de marzo de 2017 con motivo de otros asuntos que nada tienen que ver con este. Hay que tener en cuenta además que eran coníferas de desarrollo lento y ya habían sido desmochadas con anterioridad para detener su crecimiento natural y reducir así el peligro de contacto accidental.

Y en segundo lugar, habría que saber quiénes estaban antes, si los árboles o el tendido con sus cables y su torres metálicas. Yo no puedo precisar sobre eso, por lo que me gustaría que alguien pudiera facilitarme algún dato al respecto. Pero, en cualquier caso y hasta que siga en ese estado de mi ignorancia, no dejarán de asaltarme dos preguntas cuya respuesta también desconozco: si estaban antes aquéllos ¿por qué no se previó ese riesgo a la hora de trazar las líneas?; y si por el contrario estaba primero el tendido eléctrico ¿a quién se le ocurrió poner los árboles debajo sabiendo que podrían llegar a convertirse en un peligro, y por qué razón la compañía eléctrica no impidió su plantación?

Pero todo lo comentado hasta aquí son debates baladíes al lado de la cuestión más importante que, incomprensiblemente, ha sido pasada por alto tanto en la noticia del periódico digital como en la respuesta dada por del Ayuntamiento. El 28 de octubre de 2008, el entonces Alcalde de Majadahonda, Narciso de Foxá y el Director del Plan Madrid de Iberdrola, Manuel Paredes, anunciaban en rueda de prensa el desmontaje de las líneas de alta tensión del municipio y de la subestación Saltos del Sil. El plan suponía la desaparición del tendido aéreo de 40 kilómetros de líneas en el término municipal de Majadahonda, y su ejecución se estimaba en 65 millones de euros de por aquel entonces, que serían sufragados por la compañía eléctrica. A cambio, el Ayuntamiento se comprometía a aprobar en el siguiente Pleno una modificación puntual del Plan General de Ordenación Urbana para recalificar el terreno que quedaba vacante (aproximadamente un 90% de la parcela) tras el soterramiento de la subestación situada en la carretera de Boadilla.



Narciso de Foxá tras el anuncio del acuerdo
 con Iberdrola, en 2008 (EFE)

No vamos a entrar a valorar lo que para muchos fue el gran “pelotazo urbanístico” de aquella legislatura salvo para recordar el compromiso adquirido por nuestro Alcalde y por Iberdrola para el soterramiento de la líneas aéreas, muchas de las cuales siguen como entonces. Entre ellas se encuentra la que pasa junto al cementerio que, de haberse cumplido lo acordado, hoy día no habría dado pie a la calificación de supuesto riesgo que se ha esgrimido para justificar el alevoso asesinato de media docena de veteranos árboles majariegos.

Con todo esto lo que quiero decir es que tanto Iberdrola como nuestro Ayuntamiento son los únicos responsables del arboricidio: una como autora material del delito, otro cruzándose de brazos en lugar de impedir la fechoría, y ambos por incumplir los acuerdos a que se comprometieron entre sí y con los ciudadanos, y también por no adoptar una solución alternativa viable para solucionar el problema como hubiera sido, por ejemplo, realizar una poda selectiva que les permitiera seguir viviendo. Como digo, tanto una como otro son los únicos y desalmados responsables del delito y deberían de responder por ello. Además de caérseles la cara de vergüenza.


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