Leo en el nº 20 del
periódico Soy
de… Majadahonda un artículo sobre el dinero que invierte la
Comunidad de Madrid en las ciudades de la región. El artículo ocupa la página
10 completa y explica que, bajo el programa del Plan Regional de Inversión
Regional (PIR), las arcas autonómicas dotan a los ayuntamientos de presupuestos
para generar infraestructuras en los 178 municipios de esta circunscripción, a
excepción de la capital. Según explica la Directora General de Administración
Local, Natalia Álvarez, el nuevo tramo del PIR para el trienio 2021-2023
contará con un presupuesto de mil millones de euros y su ejecución se podrá
realizar por plazos. Añade que los ejes fundamentales sobre los que pivota este
plan de inversiones van a ser la eliminación de barreras arquitectónicas y el
medioambiente.
Página 10 del nº 20 del periódico local Soy de Majadahonda, (febrero 2020) |
El texto de la
noticia no aclara mucho más, a excepción de un comentario sobre cómo los
ayuntamientos pueden enviar sus solicitudes y de que contarán con un 25% más
adicional por el hecho de no disponer de esos ingresos. La forma en que está
redactada esta última particularidad es ciertamente inconcreta y da lugar a que
surjan algunas dudas y muchas preguntas al respecto. Por ejemplo, cómo van a
realizar las obras los ayuntamientos si no disponen de las asignaciones
económicas; o quien les va adelantar el dinero; o cómo se come esto con la tan
manida y temible regla de gasto en la que tanto les gusta escudarse a los
alcaldes para justificar la falta de inversiones en sus respectivos municipios.
La página se completa
con un resumen de las principales obras acometidas en la Comunidad de Madrid
con las aportaciones del PIR 2016-2019, distribuido en cuatro columnas (una
para cada zona según los puntos cardinales) en las que no figuran más que unas
cuantas poblaciones de cada grupo, de ahí que suponga que solo se citan
aquellas que han obtenido las subvenciones más significativas por su alcance
económico. En la columna correspondiente a la Zona Oeste y ordenadas
alfabéticamente se incluyen las siguientes: Arroyomolinos (3.222.219,06 €),
Boadilla (6.175.775,34 €), Las Rozas (6.005.000, 00 €), Majadahonda
(5.953.074,92 €), Pozuelo (8.050.574,2 €) y Villaviciosa (5.431.878,51 €).
No noticia no informa
de cómo se tramitan, ni qué condiciones deben de reunir las solicitudes, ni la
categoría, nivel o idoneidad de las obras para las que se piden esas
inyecciones económicas. Yo deduzco que, por los datos que veo en ese cuadro,
las asignaciones deben ser proporcionales a la población o a los presupuestos
anuales ya que municipios como Las Rozas, Majadahonda y Villaviciosa tienen una
cifra parecida, mientras que la de Pozuelo es un 25% más elevada que estas, y
la de Arroyomolinos más o menos la mitad de aquellas. Como soy amigo de hacer algunos
tanteos de comprobación cuando nos hablan de números y entenderlo puede ser
algo complicado, acudo a conocer los datos que proporciona la Encuesta de Población Activa para el año 2019
y me digo: "Si en la Comunidad hay aproximadamente 6.600.000 habitantes y
restamos los que viven en la capital (3.200.000) nos quedan 3.400.000; la
proporción del censo de Majadahonda (71.000) sobre ese total arroja un resultado
de casi el 21%; con lo cual, si dividimos los mil millones a repartir en
función de la población, nos tocarían unos 20 millones". Pero debe de haber
algún parámetro más que se me escapa porque no creo que nos acerquemos a esa cifra
ni por asomo. Así que desisto de hacer más cábalas ya que tampoco es que esas
similitudes o diferencias me preocupen demasiado, pues supongo que cada pueblo
tiene sus necesidades particulares y hay que aceptar que las subvenciones no
tienen por qué ser parejas.
Sin embargo, sí me
llama la atención la aparente incongruencia que existe entre los importes
adjudicados y las obras emprendidas por unos y otros. O así al menos lo aprecio
yo, puesto que si en Arroyomolinos, Boadilla, Las Rozas y Pozuelo el coste de
las inversiones pueden entenderse proporcionadas a las obras que cubren, en
Majadahonda y Villaviciosa no lo parecen. Es esta última se destina 5 millones
y medio de euros a la sustitución de los campos de fútbol y fútbol 11, lo que
en principio se me antoja una cantidad desmesurada por el simple acto de
cambiar una alfombra de plástico desgastada por otra nueva en unas cuantas
hectáreas. Claro que, como no se especifica el número de campos de cada
disciplina, tampoco podemos asegurar nada; y pudiera ser que tuvieran tantos
campos de fútbol que las cifras fueran razonables. En cuyo caso habría que
analizar si en una población como Villaviciosa es razonable que existan tantas
superficies destinadas a ese deporte y tan pocas para otros.
El caso de
Majadahonda es más alarmante todavía: una inversión de seis millones de euros
para la reparación del carril-bici en la carretera de Pozuelo. De esto sí puedo
hablar porque se trata de una ruta que transito con cierta frecuencia y conozco
su longitud y trazado. Y puedo opinar con conocimiento de causa que emplear ese
presupuesto para una obra que ni es urgente ni perentoria es un auténtico
disparate. A no ser que la vayan a iluminar en todo su recorrido y a calefactar
el firme en previsión de heladas o a rodearla de gradas para espectadores o
curiosos, en cuyo caso el desbarro sería igualmente demencial.
Aspecto de algunos tramos del carril-bici de Majadahonda a Pozuelo |
Pero eso no es lo
peor. Lo más sorprendente de todo es que esa obra afortunadamente no se ha
llegado a realizar. Y digo afortunadamente por aquello de que a uno le queda el
regusto de que ha prevalecido la cordura en detrimento del desatino, lo cual
nos da una pausa de respiro entre tantas promociones absurdas. Sin embargo, es
precisamente el hecho de que esa obra no se haya ejecutado lo que nos inquieta
todavía más, pues si está contabilizada dentro de los resultados del programa
2016-2019 tal como aparece en el resumen es de suponer que debería estar
terminada. Así que, una de dos: o ha sido la Comunidad quien ha errado al
facilitar esa información, o ha sido el periódico quien ha cometido la equivocación
al trasladar esa información a sus páginas.
Sea quien sea el
culpable, se hace necesaria una obligada aclaración al respecto dado que no
estamos hablando de calderilla sino de una cantidad demasiado importante, pues
seis millones de euros dan para mucho. Y desde esta página lo reclamo; aunque,
teniendo en cuenta otros antecedentes, si quieren que les sea sincero he de
confesar que no tengo mucha confianza en que ni uno ni de otro hagan esa
rectificación.
En cualquier caso, lo
cierto es que el carril-bici de la carretera de Pozuelo sigue en la misma
situación que antes, en un estado tan descuidado y lamentable como tantas
infraestructuras de nuestro pueblo. Y por esa razón tendríamos que preocuparnos
de conocer a dónde fue ese dinero o si todavía está disponible para gastárnoslo
en cosas de provecho. Comprendo que la Comunidad de Madrid no viera con buenos
ojos que Majadahonda despilfarrase unos cuantos millones en una senda para
bicicletas, sobre todo si recapacitamos que en nuestra ciudad el apoyo al uso
del velocípedo solo se hace notable en la marcha colectiva que se acostumbra a
programar durante la fiestas patronales -y que se suele cumplir si no llueve-,
o sea, una vez al año. Y también veo razonable que se retirara a tiempo esa
subvención a una ciudad que ha sido incapaz de restablecer el servicio público
de alquiler de bicicletas durante los casi tres años que esa concesión dejó de funcionar. ¿Alguien se acuerda de que aquella
iniciativa sirvió para grandes fastos por el Consistorio? O, formulada la
pregunta de otra manera: ¿alguien se acuerda de que en Majadahonda hubo alguna vez bicicletas de alquiler?
Tríptico oficial del extinto servicio municipal de alquiler de bicicletas en Majadahonda |
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