jueves, 31 de enero de 2019

Majadahonda ¿destino turístico?

Hablando de los buenos datos que en la Comunidad de Madrid se habían dado el año pasado en el sector turístico, el informativo regional de TVE que se emite tras el telediario de las tres de la tarde mencionaba a Majadahonda como uno de los destinos elegidos para visitar. Yo me quedé bastante sorprendido de escuchar el nombre de mi pueblo a continuación de otros como San Lorenzo de El Escorial, Alcalá de Henares, Aranjuez y Chinchón porque, por mucho que quiera uno buscar parecidos en esa materia, nunca acabará por encontrarlos. Sin embargo, permanecí atento y un tanto expectante a que terminara la noticia y así enterarme un poco mejor de qué iba la cosa.

Seguía el presentador resumiendo las preferencias de los turistas en razón de cada lugar. Cualquiera que conozca esas ciudades, aunque solo sea por reportajes o fotografías, entendería que es razonable que sean objetivos preferentes, pues todas ellas por una razón o por otra lo tienen bien merecido por los monumentos, historia y curiosidades que atesoran. “Pero, ¿qué pinta Majadahonda entre ellas?” me preguntaba haciendo un repaso rápido de nuestra geografía para localizar mentalmente alguna cosa típica (o atípica) que pudiera parecerse -aunque solo fuera mínimamente- a un destino turístico. Nada, no se me ocurría nada. 

Continuaba el locutor con su tema y, cuando volvió a mencionar el nombre de nuestra localidad, presté toda la atención del mundo para escuchar lo que iba a decir con lo que desvelaría, por fin, el misterio que yo no era capaz de adivinar. No se lo van a creer pero ¿saben ustedes que es lo que visitan los foráneos cuando vienen a Majadahonda? ¡Agárrense, porque es de traca!: la estación de control de agua potable del Canal de Isabel II.

¡Ole! ¡Ole! y ¡Ole! Eso sí que es echar un capote y no lo que hacía Curro Romero en sus mejores tardes.

Instalaciones del Canal de Isabel II en la carretera de Majadahonda a Boadilla

No digo que esta instalación no sea interesante desde un punto de vista técnico o científico, que lo será. Pero de ahí, a que se ponga en el mismo plano comparativo una factoría industrial por muy bonita que sea -que no lo es- con las joyas de arquitectura monumental o el conjunto urbano de las ciudades antes citadas, representa desde mi punto de vista un atentado contra la inteligencia y la honestidad. Y no me explico cómo semejante mamarrachada puede escucharse en un espacio de la televisión pública fuera de los programas de humor, porque a los medios informativos que se sostienen con el dinero público se les debe de suponer y exigir algo más de seriedad y de juicio ecuánime e imparcial. Ignoro si el texto de la noticia fue elaborado por la redacción del informativo, o si fue el presentador de ese corte (que, por cierto, vive en este pueblo) quien en un alarde de amor por el terruño se lanzara al ruedo de esa manera; sea como fuere, lo cierto es que asignar atributos a alguien o algo que no los tiene no es otra cosa que faltar a la verdad.

En el tiempo que llevo viviendo en Majadahonda jamás he visto autobuses de turistas en torno a las instalaciones del Canal, ni colas en las puertas, ni gente haciendo fotos por allí que no sean los alumnos de los talleres de fotografía o algún aficionado a ese arte. Y a no ser que las visitas se programen en horario nocturno por pasar inadvertidas, aquellos parajes no tienen más visitantes que los empleados de la compañía y pocos más. Tal vez, en alguna ocasión pueda ser objeto de visitas de tipo institucional, técnico, estudiantil o divulgativo, pero equiparar este tipo de asistencia con el turismo me parece realmente una patochada de mal gusto.

Visita de la delegación japonesa al Centro de Control del Canal de Isabel II en Majadahonda en 2013

Por un momento, dudé de si había interpretado bien lo que oía o si el asunto se refería a la otra estación del Canal en nuestro término municipal, es decir, a la depuradora ubicada en el cauce del río Aulencia junto a la carretera de Villanueva del Pardillo. En ese caso, estaría más justificado por el valor arquitectónico del conjunto, que es objeto de culto por los entendidos y ha ocupado la atención de las revistas especializadas por su avanzado y acertado diseño. Pero, de cualquier manera, su interés estaría reservado a los estudiantes de arquitectura e ingeniería, a los biólogos y a los ambientalistas, y, salvo en estos aspectos, resultaría extraño que ocupe la atención de mucha gente. Pues estoy convencido que nadie en su sano juicio puede sentir curiosidad por conocer cómo son las cacas y pises de los majariegos, por muy finos y privilegiados que éstos sean.

Si no hay algo escondido que desconozco y que tampoco encuentro por ninguna parte (ya sean revistas de viajes o secciones de este tema en los periódicos, catálogos turísticos, información en la red o cualquier otro medio), dudo mucho que esta ciudad pueda considerarse destino turístico por el hecho de que la gente venga  a pasear por la Gran Vía, tapear en sus bares, copear en sus discotecas o comprar en sus centros comerciales o su Mercadillo. 

Porque grupos de turistas, lo que se dice turistas, sólo los he  visto a las puertas del Físico, donde de vez en cuando autocares de gran tamaño vomitan su carga de rusos y orientales que buscan gozar de un rato de relax después de una agotadora jornada dejándose los cuartos en Las Rozas Village. Aunque tampoco creo que ese gimnasio pueda considerarse un monumento nacional, ni a sus visitantes interesados en conocerlo turísticamente hablando, sino preocupados más bien en jugar con las burbujas del spa.

Turistas chinos camino del Físico

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