lunes, 18 de noviembre de 2019

Vox marca la diferencia

Dicen que rectificar es de sabios y, aunque yo no me considere sabio, sí sé reconocer cuando me equivoco en mis apreciaciones y casi siempre estoy dispuesto -algunas veces, muy a mi pesar- a corregir mis errores cuando es necesario. Y esta vez lo es. Porque si hace dos días sostenía que en la Gran Vía habían desaparecido como por arte de magia las carpas y tenderetes con que los grupos políticos la habían asaltado, puesto que al día siguiente y los posteriores al 10N ya no quedaba rastro de ninguno, ayer que fue sábado y día de Mercadillo comprobé que me había adelantado a los acontecimientos porque lo que dije no se ajustaba exactamente verdad.

Ayer, como acostumbro todos los sábados, recorría la calle peatonal para cumplir con una de las tareas que tengo asignadas en fin de semana: comprar el pan.  Cuando había dejado atrás la Plaza Mayor y un poco cegado por el sol de cara acerté a vislumbrar a lo lejos una silueta blanca que no forma parte de su fisonomía habitual pero que tampoco podría asegurar que fuera totalmente extraña. Es más, me resultaba cercanamente familiar; como si la hubiera visto recientemente. A medida que iba aproximándome a la panadería pude comprobar que, efectivamente, era una carpa de lona con una banderita en su pináculo y que, por más señas, era de los muchachos de Vox. Y digo muchachos con toda la intención propiamente dicha, porque por los alrededores y quitando a los viandantes por allí no aparecía ninguna persona que no fuera del género masculino. Es decir, que quienes allí se reunían eran hombres, muy hombres y mucho hombres, como dijo aquel.


Carpa de Vox en la Gran Vía durante la mañana del 16 de noviembre de 2019

En la mesa, bajo el palio, pude ver montoncitos de papeles entre los espacios reservados ordenadamente (¡faltaría más!) para pulseras, cintas y otros adminículos con los colores de la enseña nacional. Y en el fondo, colgada de la valla de ladrillo que cierra el solar delante del cual se ubicaba, un cartel grande con una frase de agradecimiento a los votantes como responsables del éxito obtenido en las urnas.

De todos es conocido que Majadahonda es un territorio fértil para los partidos de derecha, como ha quedado demostrado una y otra vez en las distintas elecciones celebradas, sean éstas del ámbito que sean, a lo largo de las últimas décadas. Los resultados del pasado domingo no hacen sino confirmar esa tendencia que no solo sigue la misma pauta sino que ha dado un giro importante hacia espacios más extremos de las ideas reaccionarias. En efecto, después de una alta participación ciudadana (79,77%) y tras el recuento de los 39.780 votos emitidos, el partido que más apoyo ha recibido ha sido el PP con un total de 14.847 votos (37,5%); el segundo, Vox con 8.558 papeletas (21,61%), seguido de cerca por el PSOE con 7.097 (17,92%), y ya más descolgados, Ciudadanos con 4.347 (10,98%), Unidas Podemos con 2.484 (6,27%) y Más País con 1.532 (3,87%). El resto de partidos apenas han obtenido resultados significativos.




Resultados de las votaciones al Congreso de Diputasdos en Majadahonda (La Vanguardia)


Estos datos son un reflejo esclarecedor de las preferencias de la población en lo que se refiere a sus opciones políticas. De su lectura, y comparándolos con los resultados de las elecciones generales de abril, puede colegirse fácilmente el avance de la ultraderecha en detrimento de los partidos de centro y de izquierda. En nuestro pueblo eso no es nada de extrañar. No en vano Majadahonda lleva ocupando un puesto destacado entre las ciudades cuyos habitantes tienen mayor renta per cápita del país y eso tiene su repercusión a la hora de decidirse por unos o por otros. Sin embargo, el empujón que ha recibido el equipo verde da mucho para pensar y para preocuparse. Y no me sorprende nada que sus aurigas y seguidores esté tan contentos como para seguir montando la carpa o lo que haga falta.

Sea como sea, este post no tiene como finalidad el análisis político sino rectificar lo dicho en otro anterior. Y a eso voy. Pido, pues, disculpas a los lectores por mis aventurados comentarios sobre la espantada de los políticos majariegos porque Vox no ha optado por esas, ya que -al menos que yo sepa y mientras no se demuestre lo contrario- son los únicos que se atreven pública y ostentosamente a dar la gracias a sus votantes. Y esa actitud viene a confirmar la regla de que la excepción confirma la regla.

No hay comentarios:

Publicar un comentario